VID Y SARMIENTOS
DÍA DE LA MADRE
DÍA DE LA MADRE
El Evangelio de hoy, de San Juan 15, 1-8; se nos habla de intimidad de vida vivida en comunidad. Él es la vid y nosotros los sarmientos, hay una autentica unidad entre él y nosotros, podríamos afirmar que Cristo es la comunidad y que la comunidad es Cristo. El Padre es el viñador, el que corta los sarmientos para impedir que la energía de la comunidad se malgaste en tantas cosas que no tienen que ver con la vivencia del Evangelio. ¿Cuantas cosas hay que podar en nuestras comunidades y en nosotros: en el empleo del tiempo, en las ambiciones, el uso del dinero, la vanidad…? Aceptemos pues, la poda del Padre, sobre todo la poda del corazón, para que toda la energía del Espíritu, la savia de la vid, se transforme en frutos de amor.
“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que deseéis, y se realizará”. No podemos decir que estamos unidos a Cristo si no hacemos caso a sus palabras. Nos unimos no a un sentimiento o a un Jesús hecho a nuestra imagen, sino al Jesús del Evangelio. Debemos conocer, escuchar, permanecer en el Evangelio y ponerlo en práctica, en lo que sentimos, decimos o hacemos, para no caer en el engaño de decir que estamos muy unidos a Cristo y a la Iglesia, pero a lo que estamos unidos es al follaje de una comunidad que solamente sirve para dar sombra, que necesita poda, para no vivir en lo que el Papa llama “La mundanidad espiritual”.Se nos dice en “Evangelli Gaudium”: “La mundanidad espiritual que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia, es buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y bienestar personal. Toma muchas formas, de acuerdo con el tipo de personas y con los estamentos en los que se enquista, por estar relacionada con el cuidado de la apariencia, no siempre conecta con pecados públicos, y por fuera todo parece correcto”. Si somos sinceros con nosotros, comprenderemos como nos dice la segunda lectura, que Dios es mayor que nuestra conciencia y ésta en ocasiones nos acusa: “no amemos de palabra y de boca, sino con obras y según la verdad”. “No nos entretengamos vanidosos hablando sobre lo que habría que hacer (el pecado del habriaqueísmo) como maestros espirituales y sabios pastorales que señalan desde fuera” (EG 96).El vino que en esta eucaristía se hace sangre, hace patente lo que se nos dice hoy, se nos exigen frutos. Mira a tu lado y encontraras hermanos unidos por la misma savia, la misma mística, el mismo Evangelio.
ESTE BLOG FELICITA A TODAS LAS MADRES EN SU DÍA
¡¡¡ FELICIDADES !!!
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