EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

lunes, 11 de mayo de 2015

HOY....

LA OLLA



Cuando Francisco de Borja, duque de Gandía, entró al noviciado de los jesuitas, desempeñó con ejemplar humildad oficios muy humildes, como el de ayudante del cocinero. Pero en él se cumplió lo que dijo el Cura de Ars: “¿Saben cuál es la primera tentación del demonio a una persona que ha comenzado a servir mejor a Dios? Es el respeto humano”.

Se cuenta, que salió una vez de la casa religiosa con una olla para dar de comer a los pobres. De pronto se encontró con su hijo, el Duque de Gandía, que venía por la calle con un lujoso acompañamiento. Sin quererlo, de improviso, sintió vergüenza de que lo vieran. El respeto humano lo atacó al pensar qué dirían aquellas gentes al verlo así... Y escondió con disimulo la olla. Pero en cuanto cayó en la cuenta de su cobardía, se avergonzó, sacó la olla de debajo de su manto y se la puso en la cabeza. Pasó así junto al caballo de su hijo y a éste, así como a algunos de sus acompañantes, se les salieron las lágrimas y quedaron edificados al ver la humildad de su antiguo señor. Desde entonces, nunca más lo asaltó el respeto humano y despreció siempre al mundo. Así lo aseguran sus biógrafos.

Tener respeto humano es anteponer las opiniones de los hombres y el quedar bien, a complacer a Dios. El apóstol Pedro sucumbió a la tentación de respeto humano, cuando se acobardó ante la criada. Esto sucede precisamente a quienes en su vida social disimulan su condición de seguidores de Cristo. Que sepas sacar la cara por el Señor. 

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