EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

sábado, 4 de julio de 2015

HOY...

LOS MONOS Y LA CEREZA



Todo crecimiento va acompañado de renuncia, empezando por el nacimiento cuando el bebé, entre estridentes sollozos, deja el tibio vientre materno. Renuncia y desapego que te proyectan a una nueva etapa de maduración, a nuevos horizontes… Es una ley de la vida y violarla significaría estancamiento y frustración. Un ejemplo para aclarar la reflexión:

Conocedor de cuánto les gustan las cerezas a los monos, un cazador inventó un sencillo método para cazarlos: colocó una cereza en el interior de un frasco de vidrio y lo dejó abierto en la selva. Cuando llegó el primer mono, metió la mano en el recipiente, decidido a atrapar el rico fruto. Instintivamente, cerró el puño con firmeza y observó, con inesperada tristeza, que no podría lograr su objetivo a pesar de su afán. La mano había quedado atascada por la boca del frasco, aunque con el fruto alcanzado. El cazador se acercó al mono, lo ató, le dio un fuerte y preciso golpe en el codo y logró sacar la mano sin la cereza,  intacta para una nueva víctima golosa.


A veces en la vida puede ocurrirte algo similar: Por no soltar algunos apegos, te quedas debilitado y vulnerable ante cualquier mínimo temporal devastador. Jesús dijo claramente, refiriéndose a nuestro bien básico: “El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo la conservará para la vida eterna” (Jn 12,25).Piénsalo y que te ayude a crecer.

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