VIRGEN DEL ROSARIO
El 7 de octubre de 1571, en la bahía de Navpatkos, traducido el italiano como Lepanto, se produjo la batalla que ha pasado a la historia con el mismo nombre. En ella una coalición cristiana formada por España, Estados Pontificios, Orden de Malta, Saboya y Génova se enfrentó al poderoso imperio otomano.La victoria de la coalición en la batalla fue atribuida a la Virgen del Rosario, por haberse celebrado el primer domingo de octubre, fecha en la que las cofradías del Rosario, fundadas por la Orden de Predicadores a la que pertenecía el papa San Pío V. Dicho papa, que organizó un rosario público el día de la batalla naval en la basílica de Santa María la Mayor, estableció la fiesta de la Virgen de las Victorias el primer domingo de octubre, que poco después, en 1573, Gregorio XIII la denominó fiesta de la Virgen del Rosario, y la trasladó al 7 de octubre.
Nuestros últimos Papas han incidido en la importancia del rezo del Santo Rosario.El beato Juan Pablo II lo consideraba su oración preferida por su sencillez y profundidad. De alguna forma es una oración-comentario al último capítulo de la "Lumen Gentium" De Vaticano II, donde se observa la admirable presencia de María en el misteri ode Cristo y la Iglesia.
Sería muy bueno recuperar su rezo y su esencia en nuestras oraciones actuales.
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