LA DOCTRINA
“La
experiencia del Sínodo también nos ha hecho comprender mejor que los verdaderos
defensores de la doctrina no son los que defienden la letra sino el espíritu;
no las ideas, sino el hombre; no las fórmulas sino la gratuidad del amor de
Dios y de su perdón. Esto no significa en modo alguno disminuir la importancia
de las fórmulas, de las leyes y de los mandamientos divinos, sino exaltar la
grandeza del verdadero Dios que no nos trata según nuestros méritos, ni tampoco
conforme a nuestras obras, sino únicamente según la generosidad sin límites de
su misericordia (cf. Rm 3,21-30; Sal 129; Lc 11,37-54). Significa superar las
tentaciones constantes del hermano mayor (cf. Lc 15,25-32) y de los obreros
celosos (cf. Mt 20,1-16). Más aún, significa valorar más las leyes y los
mandamientos, creados para el hombre y no al contrario (cf. Mc 2,27).”
Papa Francisco
~ Documento final del Sínodo de la Familia ~
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