EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

miércoles, 16 de diciembre de 2015

HOY... NO OLVIDEMOS

GAUDETE


“Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres; el Señor está cerca”  Con estas palabras del apóstol Pablo, la Liturgia nos invita a la alegría. Es el  tercer domingo de Adviento, llamado por este motivo domingo “Gaudete”. El Adviento es tiempo de alegría, pues permite revivir la espera del  acontecimiento más alegre de la historia: el nacimiento del Hijo de Dios de la  Virgen María.  Saber que Dios no está lejos, sino cercano; que no es indiferente, sino  compasivo; que no es ajeno, sino un Padre misericordioso que nos sigue con cariño  en el respeto de nuestra libertad: este es motivo de una alegría profunda que las  cambiantes vicisitudes cotidianas no pueden arañar.     
Una característica inconfundible de la alegría cristiana es que puede convivir con  el sufrimiento, pues se basa totalmente en el amor. De hecho, el Señor que “está  cerca” de nosotros, hasta el punto de hacerse hombre, viene a infundirnos su  alegría, la alegría de amar. Sólo así se comprende la serena dicha de los mártires  incluso en medio de las pruebas, o la sonrisa de los santos de la caridad ante quien  está en el dolor: una sonrisa que no ofende, sino que consuela. “Alégrate, llena de  gracia, el Señor está contigo” (Lucas 1, 28). El anuncio del Ángel a María es una  invitación a la alegría. Pidamos a la Virgen Santa el don de la alegría cristiana.

 Beato San Juan Pablo II

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