APRENDER A SER FELICES
Los humanos no nacemos felices o infelices, sino que aprendemos a ser una cosa u otra, y en gran parte, depende de nuestra elección personal el que nos llegue la felicidad o la desgracia.
Nos es cierto, como algunos piensan, que la felicidad se encuentra por casualidad, como se halla por la calle una moneda que alguien ha perdido, o como si le tocara la lotería. Nada de eso. La felicidad es algo que se construye como una casa, a ladrillo, día a día, sin descansar. La felicidad nunca es completa en este mundo, y siempre hay que estar construyéndola, hasta el último momento de la existencia.
PASOS HACIA LA FELICIDAD
Aquí hay algunos caminos que conducen a la felicidad.
Valorar y reforzar las fuerzas positivas de nuestra vida
Hay que descubrir y disfrutar de todo lo bueno que tenemos. Sacar jugo al gozo de que nuestras manos se muevan, sin necesidad de descubrir la desgracia de ver las manos muertas en un paralítico.
Vivir abiertos hacia el prójimo.
Es preferible que nos engañen cuatro o cinco veces a pasar toda la vida desconfiando de los demás. Tratemos de comprender y aceptar a los otros como son y no como nos gustaría que fueran. Es bueno buscar en todo
Creer siempre en la lenta eficacia del amor
Este es un camino infalible hacia la felicidad. Hay que preocuparse más en amar que en ser amados; estar siempre dispuestos a servir y ayudar al que lo necesite. Decía el famoso Lacordaire: "Tres cosas necesita el hombre para ser feliz: la bendición de Dios, un libro y un amigo".
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