EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

martes, 4 de junio de 2013

HOY HABLAMOS...

LA IGLESIA COMO FAMILIA DE DIOS



Más de una vez se hace referencia a la parábola del hijo pródigo, o más bien, a la del Padre misericordioso.
Esta parábola, como otras del Evangelio, muestra muy bien el diseño de Dios para la Humanidad.
¿Cuál es el proyecto de Dios? Es hacer de  todos, hombres y mujeres, sus hijos, una única familia, en la que cada uno se sienta cerca y se sienta amado por Él. Como en la parábola que sienta el calor de ser de la familia de Dios.
En este gran proyecto encuentra su origen la Iglesia, que no es una organización fundada por acuerdo de algunas personas, sino, como tantas veces nos ha recordado el Papa Benedicto XVI, es obra de Dios. Nace de su plan de amor, que se desarrolla en la historia. La Iglesia nace de la voluntad de Dios de llamar a todos los hombres a la comunión con Él, a su amistad, es más  a participar como sus hijos de sus misma vida divina.
La palabra Iglesia, que proviene del griego "ekklesia", significa "convocados". Dios nos convoca, nos invita a salir del individualismo, de la tendencia humana a encerrarse en sí mismo, y nos llama a formar parte de su familia. Dios nos creó para vivir una profunda relación con Él, TODA LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN ES LA HISTORIA DE DIOS QUE BUSCA AL HOMBRE, LE OFRECE SU AMOR Y LO ACOGE.
Y la Iglesia, que nace del acto supremo de Amor de Cristo en la Cruz es la Savia del Amor de Dios. La Iglesia es una familia en la que se ama y se es amado. Se manifiesta cuando el don del Espíritu Santo llena el corazón de los Apóstoles y los empuja a salir y empezar el camino de anunciar el Evangelio, difundir el Amor de Dios.
Las frases socorridas de hoy. " Cristo sí, Iglesia no "; " Yo creo en Dios pero no en los sacerdotes ", nos llevan precisamente a la Iglesia, la gran familia de los Hijos de Dios, con sus aspectos humanos , de pastores y fieles, con defectos, imperfecciones, pecados, hasta el Papa los tiene y ¡tiene tantos! Pero no olvidemos nunca que: Dios es misericordioso, siempre perdona. El pecado, que es una ofensa a Dios, es también una oportunidad, para darse cuenta de que hay algo hermoso: la misericordia de Dios.

PENSEMOS EN ELLO

De la Catequesis Papa Francisco
29 mayo 2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario