EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

viernes, 23 de agosto de 2013

HOY APRENDEMOS...

A ORAR



La oración nos vincula con Dios. En oración, creamos un espacio sagrado en el cual comulgamos con Dios. Observemos en el siguiente proceso de oración de cinco pasos para profundizar nuestro vínculo con Dios y aumentar nuestra conciencia de Dios en nosotros:

1. Descansa
Aparta tiempo cada día para la oración. Comienza tu tiempo de silencio relajando cada parte de tu cuerpo y abriendo tu mente a la conciencia divina. Respira profundamente, consciente de que estás en la presencia de Dios y que ésta Presencia está en ti. Deja ir tus preocupaciones y reconoce que todo está bien.

2. Concéntrate
Al cerrar los ojos y dejar ir cualquier pensamiento del mundo a tu alrededor, comienza a pensar en Dios… acerca de Su presencia en tu vida. Enfoca tu mente en un pensamiento, una idea o una escritura que resuene contigo. Repite esta idea una y otra vez, bien sea en silencio o en voz alta, hasta que se convierta en tu único pensamiento.

3. Medita
Permite que esta concentración mental te lleve a una conciencia más profunda de Dios. “Estad quietos y conoced que yo soy Dios”. Permanece quieto a medida que te vinculas con esta presencia divina en ti.

4. Reconoce
Desde lo más profundo de tu ser, reconoce que eres uno con Dios.  Esta certeza, esta comprensión que sientes en la presencia sagrada de Dios es una “comunión silenciosa del alma”. En este estado receptivo de mente y corazón, presta atención a la inspiración divina, las respuestas a tus oraciones.

5. Da gracias

Permite que la gratitud sea la respuesta gozosa de tu corazón a esta experiencia de comunión con Dios y con Su bondad infinita. Da gracias por las bendiciones en camino, listo para recibir tu bien.

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