LA NAVAJA
Un peluquero tenía en su taller una bonita navaja: limpia y brillante, reflejaba en su mesa de trabajo, y la satisfacción de cientos de clientes. Un día de primavera entró un rayo de sol. La navaja notó sus propios destellos; se llenó de orgullo y vanidad y se dijo entonces:
- Siendo yo tan luminosa ¿porqué debo seguir aquí rasurando todos los días a feos y rudos campesinos? Merezco una vida más importante que ésta.
La navaja ya no quiso trabajar y decidió esconderse un buen tiempo del peluquero, hasta que se olvidara de ella e iniciar una nueva vida en lugares más nobles y de acuerdo con su belleza y brillo. Al día siguiente el peluquero al no encontrarla, tuvo que recurrir a otra navaja más vieja que ya tenía perdida.
Pasaron seis meses y la vanidosa navaja salió de sus escondite y buscó el sol. Querái ver de nuevo su preciosa hoja blanca y brillante para deleitarse con su belleza ¡Amarga fue su sorpresa! La hoja ya no brillaba; estaba toda oxidada. Entonces la navaja se puso a llorar y dijo:
- ¿Porqué no he seguido trabajo humildemente como antes?
El peluquero, al ver su antigua navaja ya oxidada, trató de limpiarla y recuperarla, pero con tanto tiempo sin uso el óxido la había inutilizado totalmente. Entonces la arrojó a la basura.
MORALEJA
Cuanto más trabajemos, más brillaremos, pues más útiles seremos. No te llenes de soberbia y vanidad pensando que eres único e irremplazable. Hemos de compartir nuestras valiosas habilidades con los demás. Recuerda que cuando la navaja del cuento se escondió, la vieja y jubilada navaja entró en acción.
¡¡¡ Cuidado con la vanidad, pues nos puede llevar a nuestra propia ruina !!!
Recuerda el dicho popular: " Quién no vive para servir, no sirve para vivir "
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