EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

viernes, 2 de mayo de 2014

HOY...

LA PEREZA



¿Alguna vez has escuchado los diez mandamientos del flojo?
Los diez mandamientos del flojo:
  1. Se nace cansado y se vive para descansar.
  2. Ama a tu cama como a ti mismo.
  3. Si vez a alguien descansando, ayúdalo.
  4. Descansa de día para que puedas dormir de noche.
  5. El trabajo es sagrado, no lo toques.
  6. Aquello que puedes hacer mañana, no lo hagas hoy.
  7. Trabaja lo menos que puedas, lo que tengas que hacer que lo haga otro.
  8. ¡Calma! Nunca nadie se murió por descansar.
  9. Cuando sientas deseos de trabajar, siéntate y espera que se te pase.
  10. Si el trabajo es salud, que trabajen los enfermos.

La pereza es un problema muy serio con consecuencias muy serias. La pereza es fallar en aprovechar las oportunidades que Dios no da.
Alguien dijo: “La oportunidad es calva y hay que agarrarla de las greñas”.
Como puedes ver, algunas personas no aprovechan esas oportunidades porque son flojas en el trabajo, flojas en sus relaciones interpersonales, y flojas en las cuestiones espirituales.
Los flojos carecen de motivación interna, fallan en terminar lo empezado, y lo peor de todo es que siempre tienen un pretexto de porqué no pudieron lograrlo.
Tienen sueños incumplidos porque fallan en asociar su flojera con el fracaso.
Los flojos se quedan sorprendidos cuando no obtienen ninguna recompensa por su falta de preparación. El estudiante flojo no estudia…Reprueba el examen; se sorprende “¿Cómo que no pasé?” “¡Examen tonto!” El trabajador flojo no trabaja…Lo despiden “¿Por qué me corrieron? “¡Los voy a demandar!” El esposo flojo desatiende a su esposa; la esposa lo abandona “¡Vieja ingrata!”
En el África, todas las mañanas una gacela se despierta. Y ella sabe que debe correr más rápido que el león más veloz o si no será devorada. Y todos las mañanas un león se despierta. Sabe que debe correr más rápido que la gacela más lenta o se morirá de hambre.
En resumidas cuentas para nosotros como personas; no importa dónde estemos o si somos el león o la gacela… Cuando salga el sol, más vale que corramos.

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