EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

jueves, 23 de octubre de 2014

HOY... OBSERVAMOS

HÉROES Y HEROÍNAS



Padres héroes y madres heroínas del hogar... 
Pasamos buena parte de nuestra existencia cultivando estos estereotipos. Hasta que un día el padre héroe comienza a pensar todo el tiempo... protesta en bajito, y habla de cosas que no tienen ni pies ni cabeza. 
La heroína del hogar comienza a tener dificultades en terminar las frases y empieza a enojarse con todo mundo. 
¿Qué hicieron mamá y papá para envejecer de un momento a otro? Simplemente envejecieron... Nuestros padres envejecieron. Nadie nos había preparado para esto. 
Un bello día ellos pierden la compostura... se vuelven más vulnerables y adquieren unas manías extrañas. 
Están cansados de cuidar de los otros y de servir de ejemplo: ahora llegó el momento de ellos... de ser cuidados y mimados por nosotros. Tienen muchos kilómetros andados y saben todo. 
No hacen más planes a largo plazo, ahora se dedican a pequeñas aventuras, como comer a escondidas todo lo que el médico les prohibió… Y a disfrutar día a día de sus seres queridos 
Tienen manchas en la piel. De repente están tristes, mas no están caducos: caducos estamos los hijos... que rechazamos aceptar el ciclo de la vida. 
Es complicado aceptar que nuestros héroes y heroínas ya no están con el control de la situación. Están un poco más frágiles, y un poco olvidadizos... tienen ese derecho, pero seguimos exigiendo de ellos la energía de antes. 
No admitimos su flaqueza, su tristeza. En vez de aceptar con serenidad el hecho de que adoptan un ritmo más lento con el paso de los años simplemente nos irritamos por haber traicionado nuestra confianza, la confianza de que serían indestructibles como los súper héroes. 
Provocamos discusiones y nos enojamos con nuestra insistencia para que todo siga como siempre fue. ¿Miedo de perderlos? ¿Miedo de perdernos? ¿Miedo de que también dejemos de ser lúcidos y joviales? 
Con nuestros enojos solo provocamos más tristeza a aquellos que durante años solo procuraron darnos alegrías. ¿Por qué no conseguimos ser un poco de lo que ellos fueron para nosotros? ¿Cuántas veces estos héroes y heroínas estuvieron noches enteras junto a nosotros medicando... cuidando y calmando fiebres? 
Y nos enojamos cuando ellos se olvidan de tomar sus medicinas... o cuando nos dicen una que otra verdad que nos incomoda, o al darnos consejos que creemos que no necesitamos... y al pelear con ellos los dejamos llorando, tal cual criaturas como las que nosotros fuimos un día. 
No tenemos compasión de su dolor... de lo hirientes que podemos llegar a ser quizás sin querer, pero sin pensar en que ellos también sufren por culpa nuestra... porque solo desean nuestro bien. Creemos que por ser súper héroes, no tienen derecho a sufrir y que las únicas víctimas somos nosotros. 
El tiempo nos enseña a sacar provecho de cada etapa de la vida... pero es difícil aceptar las etapas de los otros. Mas cuando los otros fueron nuestros pilares... aquellos a los cuales siempre podíamos volver y sabíamos que estarían ahí con sus brazos abiertos, esos mismos que tarde o temprano estarán dando señales de que un día partirán sin nosotros. 
Hagamos por ellos hoy lo mejor... lo máximo que podamos, para que mañana cuando ellos ya no estén más puedan irse tranquilos, felices de haber compartido su vida a nuestro lado. Para que nosotros podamos recordarlos con cariño, podamos acordarnos más de sus sonrisas de alegría y no de las lágrimas de tristeza que ellos hayan derramado por causa nuestra.


Al final, nuestros héroes de ayer... serán nuestros héroes eternamente…!!!

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