EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

viernes, 17 de octubre de 2014

HOY...

LOS CARISMAS DE LA IGLESIA



1) Para saber
En la primera Audiencia general de octubre, el Papa Francisco meditó sobre los carismas en la Iglesia y explicó que estos dones de Dios, del Espíritu Santo, son dados a la Iglesia para que estén al servicio de toda la comunidad, sin que existan celos o envidias.

El Señor ha colmado a la Iglesia con muchos dones del Espíritu Santo. Y dentro de estos dones, unos son preciosos para la edificación y el camino de la comunidad cristiana: se trata de los carismas. Pero el Papa se preguntaba, ¿qué es exactamente un carisma? ¿Cómo podemos reconocerlo y recibirlo? ¿El hecho de que en la Iglesia haya a diversidad y multiplicidad de carismas debe ser visto en sentido positivo o es un problema?

En el lenguaje común, cuando se habla de “carisma” se entiende una habilidad natural. Por ejemplo, cuando se dice “esta persona tiene un especial carisma para enseñar”. Es un talento que tiene.

En la perspectiva cristiana, el carisma es mucho más, pues es una gracia, un don prodigado por Dios Padre, a través la acción del Espíritu Santo. Ese don es dado a alguien no porque sea más bueno que los otros o porque se lo haya merecido: es un regalo que Dios le hace para que, con la misma gratuidad y el mismo amor, lo ponga al servicio y para el bien de todos.

2) Para pensar
En la misma Audiencia, el Papa saludó a los peregrinos que habían acudido días antes a la beatificación en Madrid de Álvaro del Portillo, sucesor de San José María Escrivá, fundador del Opus Dei. Ahí les invitó a acudir a la intercesión y al ejemplo del nuevo beato, para que les ayudara a responder con generosidad a la llamada de Dios a la santidad y al apostolado en la vida ordinaria al servicio de la Iglesia y de la humanidad entera.

Precisamente el nuevo beato Álvaro, invitaba a poner nuestras cualidades al servicio del Señor, siguiendo el ejemplo de san José María, quien en su juventud, se planteó en su vida dos caminos: el primero, seguir los estudios de Derecho, ganar una cátedra, sobresalir entre sus colegas progresando en el saber; o el segundo, conformarse con un saber conveniente, mas no ignorante, sin figurar, poniéndose al servicio de Dios. Eligió el segundo camino. Ahora se pueden ver los frutos abundantísimos de santidad que Dios ha suscitado gracias a su entrega.

3) Para vivir
Dios da cualidades, pero esos carismas no son para uno mismo, sino para que estén al servicio de toda la comunidad.

El Papa nos invita a preguntarnos: “¿hay algún carisma que el Señor ha hecho nacer en mí? ¿Vivo con generosidad este don, poniéndolo al servicio de todos o lo descuido? O quizás ¿se transforma para mí en motivo de orgullo?

Saber que existen muchos carismas diferentes, no debe ser visto como un motivo de confusión o malestar: son regalos que Dios hace, para que pueda crecer la Iglesia de forma armoniosa, en la fe y en su amor: “¡Qué cosa tan bella! Tantos dones diferentes, porque somos todos hijos de Dios y todos amados en un modo único”.


En la comunidad cristiana nosotros necesitamos los unos de los otros, y todo don recibido se actúa plenamente cuando es compartido con los hermanos, por el bien de todos. ¡Esta es la Iglesia!

Pbro. José Martínez Colín

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