EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

miércoles, 12 de noviembre de 2014

HOY... CONOCEMOS

EL MENDIGO DE PANCORBO

Saliendo del pueblo de Pancorbo se encuentra una ermita, dedicada a Nuestra Señora del Camino. A través de la reja de la puerta, se ve en la penumbra la imagen, con flores, velas y algunas monedas esparcidas por el suelo. Se ve que el pueblo tenía devoción por la ermita.
Hace muchos años mendigaba por aquellos contornos un hombre de edad avanzada. Pedía limosna de puerta en puerta, besaba el mendrugo de pan que le ofrecían y se retiraba agradecido... Nadie hablaba mal del mendigo de Pancorbo.
Al anochecer, cuando nadie le veía, introducía por la verja de la ermita un aplo largo, embadurnado de alquitrán y recogía las monedas del suelo. Es verdad que solo lo hacía cuando el tiempo era malo y las monedas escasas...
Un día le encontraron muerto en su choza destartalada. En su zurrón un cuadernillo manoseado y sucio: "Pido a la Virgen dos reales". "Devuelvo a la Virgen lo que me prestó". "Adelanto a la Virgen una peseta"... "Debo a la Virgen..." "La Virgen me debe..." y en la última línea había escrito: "Hoy estoy en paz con la Virgen".
¡Qué estupendo encontrarse en paz! Así murió el mendigo de Pancorbo en paz con la Virgen, en paz con Dios y consigo mismo...

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