SOLEDAD DE MARÍA
Préstame Madre tus pensamientos, e ilumina mi
mente con la luz de tu sabiduría.
Préstame Madre tus ojos, para con ellos mirar, si con ellos miro, nunca volveré a pecar.
Préstame Madre tus labios, para con ellos orar, si con ellos oro, Jesús me podrá escuchar.
Préstame Madre tu corazón, para poder perdonar y cambiar mi corazón de roca, por uno celestial.
Préstame Madre tus manos, para poder trabajar, si con ellos trabajo, rendirá una y mil veces más.
Préstame Madre tu manto, para esconder mi maldad, pues cubierta con tu manto, al cielo he de llegar.
Préstame Madre a tu Hijo, para poderle yo amar, y esa será mi dicha para toda la eternidad.
Préstame Madre tus ojos, para con ellos mirar, si con ellos miro, nunca volveré a pecar.
Préstame Madre tus labios, para con ellos orar, si con ellos oro, Jesús me podrá escuchar.
Préstame Madre tu corazón, para poder perdonar y cambiar mi corazón de roca, por uno celestial.
Préstame Madre tus manos, para poder trabajar, si con ellos trabajo, rendirá una y mil veces más.
Préstame Madre tu manto, para esconder mi maldad, pues cubierta con tu manto, al cielo he de llegar.
Préstame Madre a tu Hijo, para poderle yo amar, y esa será mi dicha para toda la eternidad.
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