MISERICORDIA DIVINA
“Quiero
consagrar solemnemente el mundo a la Misericordia divina. Lo hago con el deseo
ardiente de que el mensaje del amor misericordioso de Dios, proclamado a través
de santa Faustina, llegue a todos los habitantes de la tierra y llene su
corazón de esperanza. Que este mensaje se difunda al mundo. Es preciso encender
esta chispa de la gracia de Dios. Es preciso transmitir al mundo este fuego de
la misericordia. En la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el
hombre, la felicidad. Os encomiendo esta tarea a vosotros, amadísimos hermanos
y hermanas, a la Iglesia, y a todos los devotos de la Misericordia divina que
vengan de Polonia y del mundo entero. ¡Sed testigos de la misericordia!”
Papa Francisco
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