RAÍCES PROFUNDAS
Nuestro título del blog de hoy no tiene que ver con esa gran película de los años 50, todo un clásico en el cine western, sino que hacemos referencia a que cuanto
más relevante y significativa es la tarea de una persona en la sociedad, tanto
más probada debe ser su reciedumbre moral y capacidad profesional. Las
tormentas y los rayos golpean con más fuerza a los altos picachos que a las
humildes piedras de los valles.
Un
roble muy grande, pero con raíces muy pobres, fue desarraigado por el viento y
lanzado al cauce de un río. Fue a caer entre algunas cañas, a las que les habló
así: —Me pregunto cómo ustedes, que son tan livianas y débiles, no han sido
completamente aplastadas por estos fuertes vientos. Ellas contestaron, —Sin
tener buenas raíces, usted lucha y compite contra el viento, y con facilidad es
derribado; nosotras, en cambio, nos doblegamos ante el menor soplo de aire, y
por lo tanto permanecemos intactas, y nos salvamos.
“No
hay árbol recio y consistente, si el viento no lo azota con frecuencia”. Los
huracanes o arrancan los árboles de escasas raíces o, si resisten, los urgen a
profundizar las que tienen. Lo mismo pasa con las personas que han sido capaces
de afrontar con éxito los desafíos del hogar, de la profesión y de la historia.
Son luchadores que triunfaron. Pero es importante que sigas profundizando tus
raíces siempre, que estés en permanente crecimiento.
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