PALABRAS DE VIDA ETERNA
Hoy, en el Evangelio de Juan 6, 60-69, Jesús hace un anuncio que provoca un auténtico terremoto entre sus discípulos. Ni le entendieron, ni le comprendieron. Y, por eso, se produce una pequeña desbandada. Jesús en aras de la defensa de libertad del individuo, les lanza a sus más fieles la dura pregunta: "¿También vosotros queréis marcharos?". De los labios de pedro sale una de las frases más hermosas y rotundas que se han pronunciado sobre la faz de la tierra: "¿A quién iremos Señor, tú tienes palabras de vida eterna?". Esta es una frase que debemos grabar en el alma y meditarla con frecuencia. Las palabras de Jesús nos abren a la vida, a la luz, a la plenitud, a la felicidad. Escuchándolas, no caminaremos en tinieblas, y haciéndolas vida en nosotros gozaremos de una permanente resurrección. En el mundo de hoy, de tantas palabras, de tantos discursos que escuchamos por todas partes y en todos los medios, se nos olvida escuchar al Señor. Hablamos, comentamos, discutimos de mil temas y no nos queda tiempo, a veces, para oír la voz de Jesús en el silencio de nuestro corazón. Sólo Él tiene palabras de vida eterna.
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