UNIDOS A MARÍA
Cuando
veneramos a María, no aumentamos su gloria, sino que nos hacemos bien a
nosotros mismos, puesto que entonces la Virgen tiene más poder para
socorrernos.
Ella,
María, quiere que la invoquemos con confianza cada vez más fuerte, porque nos
quiere prodigar toda clase de ayudas y favores, gracias y dones, incluso materiales,
para que pasemos bien por la prueba de esta vida, y al final descansemos a sus
pies en el Cielo, junto al trono de Dios.
Nada
de lo que se hace por servir a María, queda en el olvido, sino que cada acción
hecha por amor a Ella, será altamente premiada y es como el mejor negocio que
podemos hacer para el tiempo y la eternidad.
Si
pensamos que María es la Obra Maestra de Dios, que con todo su poder no la pudo
hacer más bella y perfecta, y de la cual Dios está perdidamente enamorado y
arrobado; entonces comprenderíamos un poco más quién es María y qué es María.
Porque si el mismo Dios está como embelesado por Ella, ¿entonces qué será verla
con nuestros propios ojos en el Paraíso?
Dios
nos ha dado un secreto: María. Y a pesar de que nos lo ha revelado, este
secreto permanece oculto para la gran mayoría de cristianos. Pero quien
profundice en este secreto, encontrará la dicha y algo que no se puede explicar
con palabras de este mundo.
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