LA CRUZ
El amor de Dios se hace hoy "amor hasta el extremo",
hasta la propia muerte. Cristo (que se despojó de su categoría de Dios y
se metió hasta el fondo en los ambientes de los seres humanos) ha llegado hasta el final. Cristo se ha identificado con los más pobres y ha muerto: lo han matado.
Aparentemente, su vida ha sido un
auténtico fracaso. Su presencia entre los
pecadores, los pobres, los indeseables
y los enfermos ha provocado que todo y "todos" se le pongan en contra
y le empujen hasta la Cruz.
Un instrumento de tortura y muerte reservado para los pobres
y los rebeldes. Cristo ha muerto.
Pero en su aparente fracaso,
la muerte de Jesús lleva consigo una "victoria total".
Desde entonces, el dolor, el esfuerzo,
la entrega de los hombres y mujeres adquiere un
nuevo sentido: nuestra vida (como la de Él)
acaba en la Resurrección.
¡Feliz camino hacia la Pascua!
Gentileza de Tiquín y Miguel.
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