EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

viernes, 12 de mayo de 2017

HOY...

HABLANDO CLARO (II)




Hablando de derechos, ¿cree que es el momento de que suban los salarios?

Yo soy partidario de que suban los salarios, pero hay otra cosa que es la realidad. Por ejemplo, el haber aumentado el 8% el salario mínimo es una animalada. Esto solo lo puede decidir el que no paga sueldos. Yo estoy de acuerdo en que el salario mínimo en España es bajo, pero también estoy de acuerdo en que el salario medio en España está mal, estamos a una distancia brutal de los países de Europa. Por tanto, no se trata solo del salario mínimo sino del salario normal. Yo soy partidario de subir los salarios, porque además me doy cuenta de que hay una merma de poder adquisitivo muy importante para las familias. Mi mujer me dice que va a la peluquería y hay menos gente, va a comprar y hay menos gente, hay una cosa de oferta y hay colas de gente para comprar barato. Es el modelo económico el que no permite aumentar más los salarios, porque es un modelo que no da para más. Las empresas podrían costear salarios más altos si facturasen más, pero para facturar más necesitan tener más ingresos con unos costes mínimos. En España no generamos el valor añadido suficiente y vamos hacia una economía de ‘low cost’, de turismo, de guiris... La industria la hemos dejado de lado. Ahora hay que dar un paso hacia adelante, mirar cómo es el mundo, avanzar tecnológicamente y meterse en la industria 4.0. Estamos desfasados por ejemplo en las redes 5G, que es lo que permite las conexiones del Internet de las cosas y la robótica programada.

¿Qué puede hacer un joven que se haya titulado hace poco y se quiera quedar aquí, que no quiera irse a California?

Yo animo a este joven a que vaya allí, esté un tiempo, se ruede, aprenda, y que luego, con todo lo que ha aprendido, vuelva. Aquí tenemos un desfase entre lo que es el producto universitario y lo que demanda el mercado laboral. Creamos cada año miles de economistas, miles de licenciados en Derecho, miles de ingenieros... Muchas carreras tienen una inflación tremenda. Hemos de saber equilibrar el modelo educativo y el modelo productivo, pero ocurre que estamos emperrados en que nuestro hijo sea economista y nuestro hijo va a encontrar trabajo como oficinista en un hotel o como almacenero en un almacén. No merecía la pena dedicarle la carrera universitaria, el máster y el doctorado a un trabajo que está mal pagado. En cambio, el chaval que tiene un oficio está mejor pagado porque resulta que te arregla la cadena del váter un sábado por la noche. En este asunto hay dos tipos de reacción: el chaval que dice ‘mira, yo trabajo debajo de casa, estoy en un almacén aunque sea licenciado en Literatura Medieval’, y el que dice ‘esto no es para mí, yo tengo una buena formación, me voy en busca de nuevos mundos’. Antes, cuando la gente se iba tenía ganas de volver. Eran conscientes de que se iban a formar, de que allí pasaban unos meses, un año. Hoy, lamentablemente, se van para volver solo de vacaciones, porque aquí no tienen estímulos. Tenemos que construir un modelo productivo y educativo que sea competitivo. Pero luego viene la otra parte: se pide la excelencia, y eso se traduce en aprobar a muchos. Yo entiendo que la excelencia no se logra por aprobar a muchos, sino por suspender a muchos. Te piden aprobados, pero la gente viene con un nivel bajo. Entonces les bajas el nivel del examen y encima dices ‘pobre, que tiene un 4,5’ y lo apruebas. Luego nos encontramos con gente que no está lo suficientemente preparada. Tendríamos que tener una universidad que fuera muy dura en este sentido, en la preparación de la gente.

¿Cuál sería la solución para las pensiones? ¿Por dónde tendrían que ir las próximas reformas?

Hay que alargar la edad de jubilación todo lo que se pueda. Reconozco que el minero o el que está picando piedra a los 50 años se tiene que jubilar, pero luego está el que tiene un trabajo más intelectual. En la universidad nos jubilamos a los 65, pero teóricamente podemos alargar hasta los 70. Yo veo profesores que están en perfectas condiciones y que son un tesoro para la universidad, no solo porque tengan conocimientos sino porque cuentan batallitas, y por las batallitas se aprende mucho. Es una lástima que esta gente se tenga que jubilar, en cursos de máster o en doctorados pueden ser elementos clave. Y esto es trasladable a cualquier empresa. Si hay personas de más de 70 años que están lúcidas y pueden aportar experiencia a las nuevas promociones, dejémoslas trabajar. Sería bueno también buscar algún aliciente para que la gente siguiera trabajando, como que cobraran el sueldo y una parte de la pensión, y además que tuvieran una fiscalidad más barata. Por otro lado, hay que fomentar planes de pensiones privados, aunque el problema es que ahora nadie está en condiciones de aportar. Los trabajadores llegan mal a fin de mes, ¿cómo van a guardar un dinerito? Hay que cambiar el sistema de las pensiones para que cuando uno se incorpore al mundo laboral vaya generando una hucha que sea de él y que el Estado se la gestione. El problema es cómo la dotamos. Las pensiones a mí me preocupan seriamente. Se irán devaluando porque habrá factores correctores a la baja. Este es un problema importante que no se abordó a su tiempo. Con un solo político que hubiera visto las proyecciones demográficas habrían tenido que tomar medidas, lo que pasa es que esta gente no piensa en el futuro, no piensa en el pueblo, no piensa en solucionar los problemas.
Entrevista
El Norte de Castilla

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