EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

miércoles, 28 de agosto de 2013

HOY HABLAMOS DE...

MEDITACIÓN (I)


La oración mental o meditación es, más que conveniente, necesaria para el progreso de la vida espiritual. Ya decía San Alfonso María de Ligorio que "el pecado puede existir en nosotros junto a otros ejercicios de piedad, pero no pueden cohabitar la meditación y el pecado: o el alma deja la meditación o deja el pecado".

El amigo busca al amigo. Nuestra relación con Dios se establece por el ejercicio de las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Son ellas las que deben establecer esa divina comunicación "con quien sabemos que nos ama" (Santa Teresa). Por ello la meditación no exige técnicas depuradas, aun cuando éstas nos puedan ayudar. "Si amáramos a Dios, la oración nos sería tan natural como la respiración" (San Juan María Vianney). Los antiguos monjes se unían a Dios por la repetición afectuosa de jaculatorias. Con todo, durante unos días pasaremos algunos consejos prácticos para comenzar.


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