ACEPTACIÓN
Para la persona de fe,
todo sucede porque lo quiere o lo permite Dios. Y él es experto en sacar bien del
mal. Imagínate el río de bendiciones que bajó del Calvario donde murió Jesús en
la cruz. También él tiene proyectos de salvación para cada una de tus
contradicciones aceptadas en paz.
Un profesor de química
al mismo tiempo que hacía experimentos solía dejar enseñanzas inolvidables. Una
vez tenía en la mano una botella de leche, y a propósito la dejó caer en la
batea del agua. Quedaron los vidrios y toda la leche se escurrió por el
desagüe. “La leche está perdida, dijo. No podemos rescatarla más. Seamos más
cuidadosos y no lloremos nunca por la leche derramada”.
Hay una oración muy
buena para rezar si nos suceden esas cosas desagradables que no tienen más
solución: “Señor, concédeme fortaleza para solucionar lo que tiene solución;
pero, valor para aceptar lo que ya no tiene solución; y sabiduría para
reconocer la diferencia”. Es una sabia lección que se resume así: “Aceptar,
olvidar, y seguir adelante”.
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