CADA DÍA
“Viviré este día como si
fuese el último día de mi vida. No perderé ni un momento siquiera en lamentarme
por las desgracias del ayer, las derrotas del ayer, los sufrimientos del ayer.
Olvidándome del ayer, no pensaré tampoco en el mañana. ¿Debo preocuparme de
situaciones que quizá nunca contemple? ¡No! El mañana yace sepultado con el
ayer, y no pensaré más en él”
Cada día hagamos algo
de lo que podamos sentirnos orgullosos al día siguiente. Cada día, pensemos que
es el primero, para vivirlo con sorpresa; y el último, para aprovecharlo como
nuestra última oportunidad. Cada día, busquemos nuestra felicidad haciendo más
feliz a alguien que está a nuestro lado. Sembremos una semilla de cuyos frutos
podamos vivir mañana. Renovemos nuestro corazón de tal manera que no quede amargura
alguna para el día que vendrá. Y no guardemos nuestras sonrisas de hoy para
mañana. Sólo podremos sonreír mañana, si hemos sonreído hoy.
“Este día es todo lo
que tengo, y estas horas son ahora mi eternidad. Saludo este amanecer con gozo,
como un preso a quien se le conmuta la sentencia de muerte. Elevo mis brazos
con gratitud por el don inapreciable de un nuevo día. Trataré con ternura y
afecto cada hora porque sé que no retornará jamás. Haré de este día el mejor
día de mi vida”. Tienes hoy a la vista un material precioso para
reflexionar. Aprovéchalo. Y toma tus decisiones.
Del libro El Vendedor Más Grande del Mundo
Autor: Og Mandino
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