PRONOMBRES
Cuentan que un profesor universitario de lengua
española, soñó que se encontraba con Dios y decidió preguntarle por qué nunca
había sido feliz, a pesar de su exitosa carrera y sus conocimientos. Dios le
dijo: “Sé que eres profesor de gran trayectoria en el idioma. Dime, pues,
cuáles son las tres primeras personas en la gramática”. El profesor sorprendido
ante pregunta tan fácil, respondió: “Esto es muy simple, son: YO, TÚ y ÉL”.
Dios lo miró y dijo: “Ves, ése es el problema. Aún con tu saber, lo has dicho
al revés. Por eso no eres feliz. Siempre debes decir “EL” primero, refiriéndote
a mí, para que yo sea el primero en tu vida. “TÚ”, para que el prójimo sea la segunda
persona importante para ti. Y finalmente cuando me hayas buscado y ayudado a tu
prójimo, entonces estará el ‘YO”. Así pues, para ser feliz, di siempre: “ÉL, TÚ
y YO”.
El sentido de la vida no cabe en el corto espacio que
hay entre la cuna y la tumba. Hay que buscarlo más allá. El Eclesiastés señala
que las cosas de este mundo son "poca cosa", ”vanidades”. No bastan
para hacernos felices. No basta toda la prosperidad del mundo para colmar las
ansias eternas del corazón humano, sólo Dios.
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